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Moshé ante la zarza ardiente, hablando con Hashem por primera vez.
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En la época del faraón Ramses II, las tribus de hebreos que habitaban en las cercanías del río Nilo comenzaron a ser una amenaza para los egipcios. Por ello el faraón mandó matar a todo los bebés varones, arrojándolos al Nilo, e hizo de los hebreos sus esclavos. Una madre desesperada puso a su hijo recién nacido en una canasta y la echó a flotar sobre el río. La hija de Ramses II lo encontró y como ella era estéril decidió adoptarlo, nombrándolo Moisés.